Julio Garfield. LA MAÑANA DEL ESTADO. 11 marzo 2017
De momento los dueños de mascotas pierden. Casi por unanimidad el Congreso de los Diputados se ha mostrado favorable a lo que se conoce popularmente como Ley del Perro. Los parlamentarios han estado de acuerdo en evitar, mediante un nuevo recargo de las tasas que los dueños de mascotas sufragan por el derecho a poseer animales de compañía, cuya tenencia afecte a la convivencia en vías urbanas, que las aceras de las ciudades se conviertan en los váteres de la fauna dicha. Conforme a esta ley, finalmente llamada de la Armonización de Servicios de Limpieza Extraordinarios, quien decida adquirir cualquier especie de canes, excepto los que sirven de guía a los invidentes, pagarán cuatro veces más de lo que se abonaba antes de la ley que se acaba de aprobar.
Todo partió de una petición y recogida de firmas efectuada por la asociación Calle Sana, Calle Tranquila. Una iniciativa tomada en la Capital y luego extendida mediante las redes sociales a todo el Estado. Tiempo después distintos líderes políticos se mostraron favorables a superar el intolerable abandono urbano de las vías a pie, muy a menudo evacuatorios llenos de heces y orines. Y, puesto que se habían realizado varias campañas de concienciación ciudadana, todas ellas desoídas por los contribuyentes, como elemento disuasorio y, a la vez, forma de financiar el incremento en los gastos de limpieza de las ciudades a causa de la poca educación de quienes eran directamente responsables de las necesidades de sus animales, una comisión formada por diputados de todos los partidos estudiaron los términos de una ley que interesa a la economía de los dueños, sin, por ello, intervenir coercitivamente en nada que tenga que ver con la propia naturaleza de los chuchos legalmente registrados.
Así mismo, se multará a quienes abandonen a los perros en sus casas por largo tiempo o los dejen en las calles porque ya no quieren su compañía.
La Federación Animalista Tortuga siempre se ha manifestado en desacuerdo con una ley de estas características, pero, tras varios casos de corrupción que fueron notorios en el pasado, ha perdido capacidad de influencia. Ahora, se esperan más agentes de limpieza por las calles, más medios, y se estudia, incluso, realizar un listado público de personas que desatienden las elementales normas de salubridad callejera.
En muchas ciudades, por suerte, desde hace tiempo, se impide el paso a parques y jardines a los perros, quienes tienen en muchas zonas apartados para que puedan corretear libres y hacer sus necesidades.
Puede decirse, por tanto, que la Ley del Perro hará de las calles y avenidas, centros de encuentro y circulación humana más limpios y respirables. |