Esto es una cosa que siempre te habrá quitado el sueño.
¿Verdad?
¿Quién puede dormir tranquilo, pensando que millones de pájaros y pájaras, pueden caer al vacío en cuanto cierren los ojitos?
Este tema, nos hace pasar toda la noche en vela, sosteniendo, silbando (no es que ronque tu novio-marido, está preocupado) para que no se duerman y caigan de la rama los pajaritos, que tenemos en la cabeza.
¡Tranquilos!, con el fin de estar segura sobre la rama, un ave sólo debe doblar sus patas. Así, sus músculos flexores tensan el tendón de los dedos, que se curvan afianzando las patas y garras alrededor de la rama. De este modo consiguen fijarse de manera estable mientras duermen. No verás ninguna dormir de pie en una rama o palito de la jaula. Así se trate de una gallina, encaramada en una escalera.
Este mismo mecanismo es el que hace que las aves de rapiña sean unas eficaces cazadoras. Con las patas extendidas se arrojan sobre la presa; el impacto conlleva la fuerza necesaria para flexionar sus patas, que automáticamente se extiende a sus talones y... zas!!
También se sabe, que los dinosaurios usaban exactamente el mismo sistema de agarre de sus presas entre las garras.
¿Desaparecidos?. Mas bien adaptados o reconvertidos...
Ya de paso....
Cuando las aves duermen, necesitan hacerse una pelotita para evitar el frío, camuflarse y mimetizarse con las ramas, para evitar ser atacadas.
¡Eah!. Ya podéis dormir tranquilos, sin ronquidos, ni silbidos...¿Ok?
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