Desencuentros que se alternaron con olvidos
sin siquiera percibirnos,
caricias que fueron de otros
pues, la vida se deshizo en nosotros.

Destinos que no se cruzaron, mi cielo,
años y tiempo
para repararnos de lo incierto,
suéteres y colores desechos
porque el café de tus ojos
es el que degusto entre el verbo.

Te llevo conmigo
mi amante, mi amigo
te recuesto sobre mi pecho
como a un niño herido;
mi verso, mi fiel peregrino
te estremeces dentro mío
para reposar en mis dolores dormidos.

Hoy te veo,
hoy me percibes con el alma
en la lejanía de nuestros cuerpos,
hoy abrevo la distancia
cruzándome en el desorden de tu mirada,
hoy soy tu destino y voy a tu encuentro,
hoy hemos vivido
y te invito a dormir conmigo.

Sueño que te sueño,
"siempre juntos", te prometo,
nos incitaremos en la pasión
que se relame de deseos,
nos verteremos de a poco
sin apurar el vaso lleno,
nos confiáremos al amparo del universo
para que bendiga de eternidad
las ternuras que nos dimos
y migraron éstas,
con la inocencia que perdimos.