MUJER CON CULO DE MANZANA

Las manzanas atraían misteriosamente la mirada de la clientela masculina en los estantes de frutas del supermecado. Su color rojo brillante, la tersura de la piel y aroma embriagador ejercían de imán para manosearlas y acariciarlas.
En la parte más carnosa y voluminosa lucían a manera de tatuaje una etiqueta en forma de corazón con la leyenda: Royal Gala. Chile.
Camilo sucumbió al encanto de los frutos. Con mano temblorosa ante su osadía, palpó lujuriosamente una a una la media docena de manzanas que guardó en una bolsa de plástico y que, para que nada las mellara, colocó delicadamente sobre un colchón de medio kilogramo de chorizo de cantimpalo.
Reinició el recorrido por los pasillos que dejaban ver, como dijo el el gran filósofo Diógenes: tantas y tantas cosas que no necesitaba. De pronto, al enderezarse luego de haber tomado de la parte inferior del exhibidor una lata de aceitunas, las de menor precio, por eso estaba ubicada en tan incómoda posición,se percató que una de las manzanas brincó fuera del carrito y en el suelo se expandió para formar un culo de mujer. Paulatinamente se complementó con unas píernas largas y firmes, torso erguido y cabeza colmada por abundante cabellera negra. La manzana corporizada en una bella muchacha emprendió una sensual caminata hasta que se perdió en el pasillo de cereales.
Camilo practicó aclarar su mente girando la cabeza a la derecha e izquierda, y se explicó la visión como un efecto del brusco cambio de posición al tomar la lata de aceitunas y el medicamento para controlar la presión sanguinea que no era la primera vez le producía alucinaciones.Sin embargo no quiso guardarse la duda: caminó con dirección hacia donde se había perdido esa mujer con culo de manzana.De pronto se topó con ella.
-Perdón. Guapa. Me pareces conocida -comentó con voz temblorosa por la emoción-.¿Eres chilena?
-Si señor, bien chilena -respondió la muchacha sonriente-. A mí también me parece reconocerlo.Usted es español ¿no es cierto? Para más señas, representante de Iberia, la marca de embutidos. Cuando veo sus chorizos colgados sobre el refrigerador de carnes frías siempre me producen un sabroso antojo.
La charla se hizo más picante en la sección de salsas y chiles. Acaramelada en el pasillo de dulces, y jadeante en los estantes con sábanas y almohadas.
-Son doscientos pesos señor -gruño impaciente la chica de la caja, incapaz de comprender los sueños de un viejo haciendo la compra-. ¡Paga con tarjeta o en efectivo!