Alzheimer de un poeta
Estoy perdiendo las palabras a goteo
como hemofílico sangre,
vaciando el sufriente vocabulario,
matándolo de hambre.
Riego con lágrimas la memoria
cada letra, cada historia
aprecio como pétalos las silabas
las canturreo
escribo sin palabras cuanto te quiero.
Erguidos asoman los romances a mi boca,
balcón de versos,
exhibiéndose indolentes y ufanos,
y cuando a cogerlos acierto…
se escurren viscosos como peces mojados.
Se escapa el amor de mi memoria
sus dulces besos, sus miradas
su carne perfumada, todo,
quedo sola,
sola y sin nada.
Aguanta desdibujado en sombras,
el deseo,
las tórridas pasiones,
el dulce amor materno,
y se adueñan del campo germinado de mieses
alimañas, ladrones de sabores y opiniones,
y me hacen niña balbuciendo, a duras penas, infantiles canciones,
y pastoreo ciega, asustada y sin perro,
el oculto mapa de mi cerebro,
busco paisajes encriptados,
amores olvidados, cartas de antaño
reflejando en espejos viejos
miradas, personajes, sueños fantásticos
que taponen la riada de versos
que lentamente desangra
mi cuerpo, mi historia,
mi alma.
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