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aquella mañana miguel decidio levantarse, pereza tenia, pues como siempre lo que menos queria saber era que esa mañana no volveria a casa. primero se afeito con elegancia a pesar de las pocas horas de sueño, se cepillo con vivaz energia los dientes, y se miro la nariz para ver si no se salia ningun bello no deseado de ella. despues se quito la pijama vieja, que de solo mirarse se notaba que varios años habian pasado en ella, abrio lentamente la ventana, como que si pareciese que quisiera que los vecinos vieran su desnudo cuerpo, y sintio los primeros rayos del sol en su blanca piel, se dirigio de nuevo al baño y prendio la regadera, poniendo el agua caliente a salir, mientras se senataba en el inodoro, eso hacia siempre desde que tenia uso de razon, los mismos movimientos y rutina que habia llevado desde ya hacia 21 años, pareciera que nada cambiaba, pero esa tarde todo cambiaria. despues de que el agua se calento se dispuso a entrar a la regadera, primero dio un pequeño quejido ya que el agua estaba demasiado caliente, despues le aumento a el agua fria y dio un suspiro, mientras dejaba que el agua acariciara su cara, y se frotaba el cabello. despues de un baño fugas tomo la toalla que se encontraba en la puerta del baño y se seco parte del cuerpo camino un poco desnudo y busco su bata entre los cajones, la encontro y se la puso amarrandola y abrochonandosela. toda la mañana se la paso asi hasta que finalmente decidio salir a la calle en la tarde, paso por el viejo parque del pueblo, y se encontro con un cafe, ya que no tenia nada mejor que hacer se acerco y alcoanzo a oir una vieja melodia que le recordaba algo, sin saber porque entro, y apenas encontro una mesa pidio un cafe cargado cortezmente, el mesero se retiro y el prendio un cigarrillo. despues de tratar de recordar aquella cancion que solo repetia el musico que estaba no daba aun que le recordaba, pero esta le inyectaba tranquilidad, despues de pasados 15 minutos aproximadamente, se acerco un caballero este vestia un viejo saco negro, maltratado por los años pero con un olor muy peculiar, este sae acerco y le dijo si se podia sentar con el pues el lugar estaba lleno y solo estaria un momento, nuestro personaje acepto, despues de que el pidio una bebida, el nuevo cliente se levanto y antes de salir le pregunto a miguel que si que le recordaba esa cancion miguel sin saber que contestar se quedo callado y levanto los hombros pero su mirada denotaba que ya sabia que era, y elakompañante le dijo, es aquella cancion que los angeles entonan cuando alguien nace, fue la primera cancion que oistes ¿pero sabes tambien cuando se vuleve a oir? miguel con una lagrima saliendo de su ojo y con la boca seca no dejo salir palabra pero el sabia que significaba eso, y sabia que el dia en que dejaria todo habia llegado, sabia que ese acompañante que sutil y amablemente le habia pedido lugar, ese mismo acompñante ahora seria su guia en el camino de sombras, sombras que son las mismas que se transita en los viejos pueblos y en las grandes ciudades, lugares donde siempre habra gente que venga y tambien gente que se va

Texto agregado el 24-05-2003, y leído por 215 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
15-03-2005 Al invadir este recuadro en blanco siento como si su frescura, jamás allanada, tonificara mi curiosidad literaria; y descubro que vida y muerte son una misma cosa; lamentable, sí, desgraciada, también, pero aliviada por la misma música de un destino que nos hace efímeros entre tanta monotonía. azulada
 
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