El fuego me abraza
Las piernas me queman
Y el césped bajo mis pies ya no es tan nítido como ayer
Escucho como un eco lejano
Los gritos de gol
El choque de rodillas huesudas
La pelota estrellandose en un poste
En todo caso, no es tan molesto el caucho
Ni los raspados por barrerse
Ni los tapones en la tibia
Lo que mata es la ausencia
La lejanía de aquel templo
Donde nada importa
Donde el gol
El caño
El pase preciso
Se vuelve todo
Y entonces, ahora, soy nada.
Texto agregado el 11-03-2017, y leído por 50
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Lectores Opinan
01-03-2018
triste pérdida del entusiasmo... Un abrazo, sheisan
31-03-2017
Un texto que suda pasión, hay un buen y original manejo de la lírica, muy bien. Saludos desde Iquique Chile. vejete_rockero-48
20-03-2017
Te entiendo. ¡No sabes qué tanto! Para los días del mundial del Brasil se murió mi suegra. Por esa razón la familia no asistió. Cada vez que metían gol me acordaba de ella... desde la grada. -zepol
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