Los matones se justifican con el miedo, ese es su argumento de defensa y no tienen ningún otro para defenderse, pero para defenderse necesitan mucho más que miedo, no padecen de trastorno antisocial y suelen poner caretas para que no salga a la luz quiénes son en realidad, esas caretas siempre son de personajes amables y queridos por toda la comunidad; es su única manera de no ser descubierto; y sería mejor que lo reconociera delante de toda la sociedad ya que es muy liberal.
Necesitan la aprobación de toda la comunidad en la que viven y hacen hasta lo imposible para que eso sea así, sin embargo tienen una doble vida, tienen una careta que todos pueden ver y al mismo tiempo nadie puede ver. Odian, como nadie más en todo el orbe; odian sin razón al que se encuentre, al que se les cruce y si te descuidas hasta te puede matar. Los matones son insoportable, no se soportan, no soportan a los que les rodean, pero saben que tienen que socializar y saben hacerlo bien.
No se confíen de estos personajes siniestros, a todo el mundo engañan, y sus habilidades como timador son sorprendentes; se escabullen cuando salen a la luz sus fechorías y es difícil encontrarlos. Los matones pueden desempeñarse en centros de estudio y centros laborales, pueden estudiar y trabajar y al mismo tiempo tener una vida de matón; lo que está claro sobre ellos es que están llenos de un odio inconmensurable.
Los matones puede llegar a declarar que se encuentran reintegrados a la sociedad, pero esto no es sino una mentira más de las que saben decir con mucha habilidad, porque eso sí, habilidad para decir mentiras tienen mucha. Sus lealtades es hacer el mal y sólo se están encubriendo con la ayuda de muchos incautos, quienes no han sabido juzgarlos. No se reintegran a la sociedad porque siempre están buscando la manera de generar desorden, porque nunca han cambiado su forma de pensar la vida; están decididos a hacer el mal y eso es todo lo que les interesa.
No merecen el perdón de los familiares de las víctimas, que carguen toda la vida con el inmenso dolor de sus víctimas. Su codicia es asombrosa, luego de haber matado, quieren más, y tratan de acumular el mayor número de cosas que les representen un beneficio como si fuera un ciudadano normal. Se creen unos ciudadanos común y corrientes que pueden vivir una vida normal, ¡esto es impresionante!, se creen unas personas más entre la multitud; y no lo son, sus argumentos no tienen sentido, son incoherentes y sale a la luz que ellos están asustados.
Se creen con derechos; quítenle la comida, la bebida, la cama en la que duerme etc. No merecen comer, beber, tener un lugar para dormir, eso es mucho para semejantes engendros de la naturaleza. Se creen con el derecho a estudiar y trabajar, cuando en realidad, por lo menos, deberían pudrirse en una cárcel de por vida. Los matones tienen mucho miedo. |