En este largo viaje hoy nos hemos encontrado con una familia de leones y con una escena de lo mas habitual, los leones están dormidos y las leonas mientras tanto cuidan de sus cachorros y buscan comida.
Pero de pronto se han empezado a oír gritos y chillidos y es que una de las leonas esta muy pero que muy enfadada.
_ ¡Estoy hasta el moño!, ¿Estoy harta, que digo harta, hartísima! Mírales, todo el día dormidos, sin pegar palo al agua.
Las leonas asentían pero ellos no abrieron el ojo.
-¡ Y todo el mundo diciendo que el león es el rey de la selva, pero se equivocan, es el rey de la siesta! Siesta antes del almuerzo, siesta después de comer, la de la tarde, la de antes de dormir... Y nosotras mientras tanto cuidando a los cachorros, buscando la comida. Ya no puedo más con tanta vaguería, ya no puedo más.¿No vais a contestar?
No se oyó nada, solo algún ronquido así que las leonas decidieron actuar. Urdieron un plan, decidieron salir por patas y dejar a estos leones tan dormilones.
Al amanecer emprendieron la marcha buscando un nuevo lugar donde habitar.
Los leones tardaron en darse cuenta, solo a la hora de comer empezaron a mosquearse. Miraron hacía el norte, luego al sur, al este y al oeste y nada, ni rastro de ellas y el hambre cada vez más acuciante.
Caminaron un rato a ver si las veían pero en seguida se cansaron y se tumbaron un rato.
Al otro día el hambre era mucho mayor y fueron tras ellas siguiendo su rastro, sus tripas rugían e intentaron cazar una gacela pero se les escapo pues ellos correr no corrían.
Gracias a unas hienas a las que quitaron su pieza pudieron comer y luego se echaron la siesta. Así pasaron unos días hasta que dieron por fin con las leonas.
estaban agotados, rendidos, lastimados, humillados... Ellas se mantuvieron firmes y contundentes, sin bajar la guarda con una lista de peticiones que tendrían que aceptar si con ellas querían estar. Y la lista contaba con horarios, con horas de trabajo y de descanso.
les pedían trabajar en la guardería, en las tareas de cada día y colaborar con la caza, ahí es nada.
Al final asintieron pues la llamada de la selva es muy grande y no digamos la de las hembras. Además después de unos días de caminatas, de pasar hambre y fatigas el que tuvieran que hacer algún trabajo no era para tanto.
Las leonas estás felices pues tienen tiempo para ellas y sus cosas y los leones gozan de los cachorros, juegan y se divierte y al fin "todos contentos"
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