Hoy soñé con él
y su silueta recorría la marginalidad de las calles,
sus muecas vestían de belleza
la languidez de esta vida,
ésta, que por no saber arder
se desbordaba de desperdicios
en un escueto estanque.

Hoy lo vi en mis sueños,
y con la humildad que lo caracterizaba
a la humanidad contemplaba
y sin fascinación,
observaba a esos seres
que no habían sabido vivir con esmero,
a esos seres
que se los tragó el austero invierno.
Sueño preciado
diste miel a la herida
y exiliaste liviano
como golondrina.

Hoy latió mi corazón
en el reposo del alma,
hoy contribuí al amor
a pesar del siniestro dolor,
hoy el despertar
fue una imprudencia malvada, hermoso perdedor.

Hoy soñé con él
y el sol se opacó ante su llegada,
a una cuadra de distancia
su campera y su pañuelo le colgaban,
a una instancia de perderlo
flameaba la feroz libertad
en el brillo de su mirada.