Despertar, siempre despertar,
luego de soñar
(quien diría)
extrañamente con vos,
con un aire saturado
y la fuerza de tu mano,
probando, acariciando,
caminando mitad alegre mitad triste,
sin preocupaciones, preocupados
Y despertar, siempre despertar,
para apoyar en la pared los brazos
vencidos por el cansancio
mientras hierve el agua y la pereza gana,
despertar para rogar
que el cielo siga en el mismo lugar
despertar, al menos despertar,
para que ( ¡vanidad simulada!)
el espejo salude y no reclame nada
Despertar, porque es la forma
de saberse con vida
y no atrofiar tan pronto
nuestro espíritu y fisionomía,
aunque pasen los minutos
y se eclipsen nuestros sueños
(o nuestras pesadillas)
y se nuble así la imagen
de vernos caminando
mitad alegre mitad triste,
con risas, sin miedos y sin fe
Remplazar aquel reposo diario
para verme abandonado
a mi carne y mis dilemas,
con los ojos casi abiertos
y el mate en la mesa,
para dudar la vida,
cuestionar la vida,
desgastar la vida,
despertar cada mañana
para anhelar poder dormir.
|