Hola amigo/a, te escribo porque la soledad de esta estival noche me impulsa a escribirte, porque no deseo hablar con nadie y porque pocos seres han llegado al umbral de mi alma.
Escribo de sentires, de desencuentros que forman parte de los desechos que va dejando, a su paso, el destino de cada individuo.
Siempre me meto con tipos que tienen los focos rotos, siempre me queda grande el corazón para tan poco amor y desinterés humano, pero ¿sabes algo?, yo puedo sola, si he llegado a esta instancia de mi vida es por mérito propio, porque antes de cualquier opinión valoré la mía, antes de cualquier falso amor busqué en mi interior, la fuente inagotable de mi fortaleza erguida.
Querido lector/ra, de cobardes con buenas palabras está plagado el mundo, pero siempre he creído en las acciones de los hombres, las palabras mal usadas o bellamente ornamentadas pueden horadar hasta un corazón, forjado éste por el hierro y el plomo de los espíritus guerreros.
La vida es una desierta y misteriosa aventura, a veces podremos subir con agilidad y otras nos restará sortear las desventuras.
La vida es lo más bello que he conocido, la contemplación de un mar en cualquier estación del año, es cerrar los ojos y dejarse ir, permitir que la existencia te lleve a fluir en su brisa liviana, es abrirse para que la calma abreve los tormentos de tu karma.
La vida, también ha sido el dolor más grande que he transitado, desde siempre se camina roto y a pesar de intentarlo todo, los pedazos siguen desordenados, dudando de tu providencia, de tu sentido en estas tierras fétidas. Ya no te asombra ningún acontecimiento, ya no mendigas amor porque sientes que te va enfermando ese orgullo revuelto, para rehuirle a la lástima, para usarlo como una coraza.
A medida que sigues transitando la vida, con la putada de tus esperanzas y tus altibajos emocionales, percibes que siempre serás diferente, que siempre desconfiarás de las buenas intenciones de las personas, porque conoces de sobra la naturaleza humana y a ésta la rechazas.
Sabes de sobra que tienes otra fibra humana, que nunca podrás aliviar tu alma de los tormentos que lleva consigo, que las batallas que han forjado tu persona serán la reivindicación de todo aquello que has perdido, y que los recuerdos que te arañarán la conciencia, te robarán con austera determinación el equilibrio.
Cuando te alejas de la manada y no sigues las reglas,
cuando decodificas los misterios que se asoman dentro de ti,
cuando te arriesgas porque nada tienes para perder, porque nada te ata y todo te reinventa,
cuando no necesitas disfrazar el amor con mentiras, cuando sufres por la frivolidad de quiénes amas
y llega la decepción,
de vuelta el desamparo,
la sensación de abandono al mundo que te ha expulsado,
te habita la ansiedad
y por último,
te dejas abatir por un pensamiento frustrado.
Siempre se busca sanarse en la rotura,
en la infección,
en la herida,
siempre se preserva la proyección de la infancia que se ha perdido,
la infancia que se ha corrompido en el sueño de la conciencia,
siempre se busca escapar y dejarlo todo.
Nunca puedes escapar de ti mismo,
no puedes reproducir el amor si no lo has tenido,
no puedes vivir tantos años roto porque sino te terminarán comiendo el corazón tus demonios,
esos demonios que tienen rostros y palabras en su coloquio,
esos demonios que son groseros y emiten burlas en sus quejidos.
No puedes cargar con el peso de tanta vida que no fue vivida,
tanta vida que se refleja en la utopía.
Las crisis de llanto,
el tabaco,
las letras que formaban un significado,
el amor que tembló y murió en las manos,
los amigos que ya no existen,
la pila de libros acumulados,
el miedo en la infancia,
el abandono temprano,
la lástima de los humanos malos:
-Ojalá hubieran estado en mi pellejo, bastardos.
Ojalá la dicha hubiera llegado a tiempo.
Ojalá la perversión de los días
no hubiera aniquilado la inocencia de mi YO,
para reconstruirlo de nuevo
en las pasiones que nacieron.
De ti me despido, querido/a lector/ra,
no me disculpo porque no promulgo el perdón,
no te conozco
pero tal vez esté exiliando, de mi alma el dolor. |