A ti van mis sueños
disfrazados de palabras;
suben a tus oídos por la escala de mi alma.
Algo de ti duerme en el lecho del horizonte;
desde lejos mis ojos marineros te miran.
A ti van mis manos
hacia los volcanes de tu pecho,
haces que las horas cojeen en los relojes
y que el tiempo se suicide por no hacer nada.
Texto agregado el 26-02-2017, y leído por 74
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