Despedida
-Prometimos mi querido
amigo, que le traeríamos
paz a nuestro mundo. Que
lucharíamos por mantener
la belleza de sus tierras. Que
batallaríamos contra el mal
que desea corromperla. Y
al final, después de múltiples
aflicciones, lo logramos.
-Así es mi amado camarada,
y soy feliz por ello.
-Yo también, la salvamos pero
no para mí.
¿Qué quieres decir con eso?
¿De qué hablas?
-Estoy cansado, no creo
poder seguir con estas heridas,
a cuestas, debo marcharme.
-Ni se te ocurra, ni de broma.
-No hay otra solución, no
te aflijas, algunas heridas
nunca sanan del todo.
Tienes mucho por lo que
luchar.
Se abrazaron como nunca
antes, el último adiós nunca es
fácil.
No obstante, los gratos
recuerdos vividos con un ser
querido siempre son una
grata compañía, cuando las
esperanzas fallan.
Lo de dejo ir, su camarada
de todo la vida marcho hacia
el mar.
Y allí se quedó, hasta el
anochecer, mirando el
horizonte. Lamentando
su partida.
Luego, volvió a casa pero
ya sin tanta congoja. Su amigo
siempre estaría a su lado,
en su corazón.
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