Aunque tu ser esté disuelto,
aunque las lágrimas sean un bálsamo
que incineren la proyección de mejores tiempos,
aunque el dolor te haya enfermado los huesos,
aunque siempre estemos solos,
aunque te valga poco
la gente y su morbo.
Aunque no encuentres motivos pa' seguir,
aunque se avecine el invierno
y no tengas dónde ir,
aunque te quieras morir,
aunque tus pies se resistan al barro,
y aunque las estrellas y los sueños
que dieron impulso a tus años,
residan revueltos en un acantilado.
Aunque no tengas apetito,
aunque el vacío sea tu bocado diario,
aunque te encierres en tu laberinto,
aunque no quieras ver a nadie
y aún así,
persigas las certezas de tus instintos.
Aunque te asquees del tiempo que pasa
y no hayas sido el tesoro más preciado
en este universo de lata,
aunque tus fuerzas te abandonen
y las perversiones que lleven tu nombre
te impresionen.
Aunque no sirvas pa' callarte,
aunque has llegado tarde
al reparto de dones
y tu sensibilidad forme parte
de las cadenas que mutilan tu carne.
Aunque las lágrimas,
aunque la nostalgia que tragas,
aunque el Ser que exhalas escapa,
aunque hayas vivido de versos
y te reprochen que no tienes talento.
¡No permitas, no te rindas!,
no seas cómplice de los fieros corderos
que desean arrebatarle el brillo a tu alma,
y haz de tu desdicha un desafío,
para demostrarle a la vida
que no te ha vencido.
¡Y sonríe!,
porque si tienes la capacidad de reinventarte,
de amarte y de cuidarte,
nada estará perdido.
¡Y decídete!
porque si no esperas
ni sobras ni misericordia ajenas
tendrás la dicha de SER tú misma,
tendrás la redención de tus penas
y ningún atrevido atará tu destino
ni podrá contigo, cariño mío.
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