YA NADA IMPORTA…
Cansada, buscando solución a pensamientos enmarañados en mi mente…
Cansada, sintiendo en el cuerpo el peso del día, que se suma al peso que he intentado despojar… más, esa fruta en pleno verano, esos helados… las sabrosas comidas de temporada…
Cansada, después de lidiar con un horario que el reloj parece dilatar al llegar la tarde y en medio de ventiladores, impresoras y computadores… las manillas del reloj apenas avanzan hasta dar la alarma de fin de la jornada laboral.
Cansada me dirijo a casa, el aire acondicionado del coche parece entregar temperatura que no me convence que está funcionando bien… regulo, ajusto y… no parece tener solución.
Cansada, bajo del vehículo a paso lento… no me había dado cuenta que la vereda presenta grietas… lo que hace más difícil avanzar.
Cansada entro en casa, dejo mi cartera en la mesita de apoyo a la entrada y camino inclinada, quitando mis zapatos… mis pies rozan la alfombra, lo que es una delicia. Me dejo caer sobre el sillón y encuentro en él lo que me hace “volver a nacer”, me renueva, me alivia, me fortalece, me arrulla…
Cansada me dejo envolver en tus brazos… tu beso en mi frente parece refrescar por completo mi mente. Y me quedo quieta, sintiendo ese abrazo tan esperado. Siento que mi pecho, mi rostro, mis manos se adaptan por completo a tu pecho, tus brazos…
Eres mi refugio, mi amor, mi descanso, mi libertad… mi final del día en paz…
Cansada… quiero volver mañana cansada…
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