La tristeza es, quizás, una de las emociones menos respetadas, está condicionada (usualmente) a una competencia cannibal con el entorno. Así pues, podés escuchar a alguien decir: "No estés triste, hay gente peor", pero nunca una expresión como: "No estés felíz, hay gente mejor", pues, la tristeza debe rendir tributo, debe literalmente valer la pena, no podés estar triste porque sí, ni exceder la cuota permitida. Pero inclusive, esta competencia puede ser interna, si fueramos más allá, la tristeza está mal per sé; y cuando te sentís mal, eso está mal, porque tenés todo, excepto el derecho a sentirte mal, un ciclo dificil de escapar cuando tu trastorno de ansiedad tiene su hora pico a las cuatro a.m., cuando ocultaste durante muchos años un dolor que ahora gotea o simplemente cuando ser humano/a es incontenible. Aún con la cabeza de tormenta, y esa guerra interna por dejarse llover o tapar las goteras, tu tristeza cuenta. Abrazala. Respetala. Esta podría abonar en un futuro tus mejores cocechas. |