Cuando nos enamoramos, lo sentimos en el aire, en las caras de la gente, en el tráfico, en la oficina. Sientes que te duele la panza, o que pones cara de tremendamente estúpida y que ríes sin razón. Te encuentras sin sentir sueño, que puedes estar despierta a pesar de haber dormido pocas horas, porque tu cuerpo tiene la inyección energizante que necesitas...error... el amor es como el camión de la basura, hace un recorrido por nuestro interior y se lleva todo lo que está podrido, lo que estorba y nos hace mal. Es en el alma donde se hacen los cambios y surge lo mejor de nosotros. Es entonces cuando todo es bello, hasta el smog.
Me siento esperando el camión ese, que en algún momento vendrá, y te contemplo desde mi casa. Me gustaría vivir cerca tuyo, para que no fueras imaginación. Eres un hombre al que no debe perderse, eres un hombre al que cualquier mujer desearía retener y quedarse en él. Me acerco a ti, charlo contigo y dices que no lo hago, te presto atención —no tengo déficit de la misma— leo, percibo tus letras y me gustas, el que está detrás de tu nick o tu nombre o quién quiera que seas, al grado tal que me haces pensar locuras estrepitosas acerca de ti. No quiero ser plomo. Quiero conocerte.
Mi nombre, quien soy tras mi nick... son una. No sé si te llamas como dices, no sé si estás bien o no, nunca lo sé y me encuentro tratando de descifrar mis propias dudas sobre ti y me repito... para loca... apaga todo y vete, pero ¿Eres letras? Yo no soy letras, son mis manos sobre el teclado. Siento con frío, esperándote a ti, ¿Qué sientes tras tu computadora? que eliges charlar conmigo o no. No eres letras y no estoy mal en quedarme aquí, te percibo más cerca, sea lo que sea que eso quiera decir...
Sé que en la vida no hay garantías, pero quisiera al menos un poco de certeza, de si este sueño virtual algún día —por favor dime— ¿Podrá ser real?
M.D
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