Me preguntaba que le da el significado a una flor…
No sabría explicar el ¿Cómo? ni el ¿Cuándo? Pero ahí estaba yo buscando una florería, después de mucho analizar la situación del famoso día de los enamorados, que para mi no es más que el típico día TOP para los comerciantes… pero en fin, caminaba imaginando que seria mejor unos chocolates, si una rosa o un ramo de flores y entre tanto mirar me percate que la rosa (por una cosa de gusto propio) era la indicada, después vino el ¿De que color? Roja era obvio… mire a la vendedora y en singular acento le dije: - me vende una flor, una rosa, la mas linda que tenga…- y me percate que había empezado mal, ella me miro con un poco de molestia, comprendí que tal vez para ella todas sus flores son hermosa y la verdad no se equivocaba, pero yo le sonreí y ella también, luego me respondió: - que le parece esta me llego hoy y durará más que las otras.
Acepte su ofrecimiento, ella la envolvió le puso una linda cinta a su alrededor, la pague y me despedí agradeciéndole el gesto. Camino rumbo a entregar la flor y mi estomago comenzó a darme muestras vivas de que me comenzaba a poner nerviosa. ¿Y si la flores no le gustaban?, o tal vez esta flor en si no le agradaría, de que valdría mi tiempo en decir que regalo le gustaría más, y si buscaba algo más practico, algo que pudiera usar que fuera mas eterno… un pantalón, una polera o un peluche, que tonto de mi parte llevarle una flor, camine hasta su casa, pues en esa época comprar un regalo significaba cierto sacrificio de mi parte, en lo monetario, pero no me importaba valía la pena o tal vez no, el hecho de caminar tanto me provocaría sudar más de lo debido… o llegar como tomate a su lado, aun así ya iba en camino y no acostumbro a dejar de cumplir lo que ya he empezado.
Ya a una cuadra de su casa, mis pies casi no me sostenían, trate de pensar positivo y claro, me fui al otro extremo de sentirme casi un ser superior, pero de golpe y porrazo se me bajaron los humos, con los nervios y de pensar tanto no me percate que apretaba cada vez más fuerte la rosa, el papel que la envolvía se arrugo entero y perdió esa elegancia que me había agradado tanto y que hacia de mi regalo algo tan top. ¡Diablos! Ya a esas alturas no me podía devolver, ya me había visto llegar. Yo tratando de sonreír e intentando ocultar mi preocupación, respire profundo estire la mano y solo dije… -Es para ti, disculpa lo arrugada pero al parecer…
Un fuerte abrazo interrumpió mis excusas: - Es hermosa – me dijo – es el regalo más hermoso y significativo que me han dado, sobre todo si viene de ti, tomando en cuenta que no te agradan las flores cortadas- su sonrisa era tan hermosa, que aún la recuerdo, su brillo en los ojos y mi corazón latía a mil por hora.
¡Pucha amor! yo no te tengo ningún regalo- me dijo luego de un rato – no importa, el mejor regalo es que te haya gustado- Lo vi sacar dos pétalos de la flor, en los cuales decía “Nos amaremos por siempre”, me entrego uno y el otro lo guardo él. Ese día fue especial, nos reímos mucho y más cuando le conté lo que había pasado por su regalo. Me despedí sin dejar ese día de ver su mirada.
Y esa mirada la verdad, ese brillo que tal vez solo yo veía, esa mirada valía haber pasado, aun cuando fuera un día, por sobre mi costumbre de hacer regalos para estos días. Pero creo que no fue ni la fecha ni la flor que hizo especial ese día, yo por ver ese brillo nuevamente me acostumbre a regalarle de ves en cuando no solo una flor o muchas de ellas, si no que también peluches, conchitas, un fósforo escrito con nuestros nombres, un botella llena de arena que me traje de un paseo que realizamos y esa arena era en donde habíamos pisado los dos juntos. Tal vez ya no importaba la fecha, tal vez ni siquiera importaba el regalo.
Ya no espero a que se cumpla una fecha significativa tanto para nosotros como para la sociedad, la verdad ahora cuando me nace hacerle saber cuánto lo quiero y cuanto lo amo dejo aun una flor en su tumba, aun cuando ya no pueda ver ese brillo en sus ojos, no he de mentir cada ves que lo recuerdo es como el primer día en que mis sentimientos transformaron una rosa insignificante y un día cualquiera… en mágico, en vencer mis propios temores por demostrarle de una u otra forma mis sentimientos hacia él.
Y tal vez, ¿quien sabe? Es eso, lo que le da un significado a una flor…
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