El día D,
el día donde el amor encuentra su agasajo,
el día de los sentimientos
que se frivolizan en el mercado,
el día de los descerebrados,
engatusados por el querubín rosado,
personas que se besan y se engañan
cuando le dan la espalda a su ser "amado".
Desde la mañana hasta la aparición del ocaso,
dormí tanto que soñé
con tus manos acariciando,
con tus besos desabrochando,
con un arsenal de perversiones
escalando mi regazo,
y con tu lengua susurrando
ésta, que corrompió el silencio
que la inspiración me ha brindado.
El día de los enamorados,
escribí poemas,
¡a VOS te escribí poemas!
y de cólera reventó esta pena,
la tinta pintó un paisaje caótico,
la tinta goteaba en las telas de mi puerta.
Amar es perderse un poco,
es darlo todo y quedarse roto,
es caminar sobre falsas certezas
que nos ilusionan de puro gusto.
El día de los enamorados,
te escribí estos versos
mientras que tus besos
besaban otra boca,
unos labios de un rostro ajeno,
un trago de gin tonic en la cama de otra,
unas sábanas revueltas
que olían a chocolate y a rosas.
El día D,
el día donde el amor encuentra su agasajo,
el día de los sentimientos
que se frivolizan en el mercado,
el día que nuestro affaire halló su quebranto,
el día que mi corazón tomó de las alas
al querubín rosado,
y con sus flechas construyó una cruz
para sacrificarlo.
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