AQUÍ, ESPERÁNDOTE NIÑA COQUETA
Has vuelto niña coqueta y mentirosa, prometiste no hacerlo, mentiste, como sueles ser, mitómana empedernida, mariposilla extraviada de torcida mirada. Sí ya lo sé, declaraste amenazante: Regreso cuando yo quiero, ¡regresaste!, convocada por tu sombra, sin que nadie te esperara preparaste el ardid de que ella lo pidiera, ni siquiera lo hizo aquella que ebria de nostalgia lamentaba tu ausencia. Será que de tanto estar que “te vas y te vas y te vas y no te has ido” ¡al carajo!, todos, incluido ella, te lo toman a relajo.
Regresaste pues niña coqueta a seguir fastidiando con tus incidías, ¡por piedad no deshagas tus maletas!, eres, ya lo sabes, rescoldo de cauda de cometa que circundas malévola en la órbita infinita de tu ego y de tu apego insano por tu jeta. Miserable atorrante desde siempre, que invariablemente dice falsedades a la gente cuando se le llena el hocico como de banana al mico y, te despides “para siempre”.
En fin, has vuelto y regresas tan tranquila… ¡Sinvergüenza!, al rato, niña mentirosa se te ocurrirá la misma jalada de irte, dejando carta abierta a la comunidad culpando cobardemente y sin pruebas a los demás. Cuan divertido me parece tu regreso, pues sabía que tu pataleta infantiloide terminaría en eso. A mentiras y ridiculez no hay quien te venza, ni a mí quien de lo contrario me convenza, de que en este sitio de toma y daca, con tu regreso vuelve a surgir ese olorcillo a ca…
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Esto es solo un arrebato personal. Expresión cuasi o nada literaria como divertimento, porque en todos lados existen locos como yo, a quienes las agresiones… jamás se le olvidan.
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