DE PALABRAS, USO, ABUSOS, ACEPCIONES E INTERPRETACIONES.
Es más sensato descubrir que suponer.
Mark Twain. (Samuel Langhorne Clemens)
Decir o escribir la palabra "puta" no es poca cosa, por la carga connotativa del vocablo. Sin embargo se utiliza con mucha frecuencia por hombres y mujeres, ¡sí, mujeres! Aún entre ellas mismas se indilgan ese calificativo, ellas, las más de las veces lo hacen entre cuchicheos, a media voz o aquí entre nos, como un exabrupto, como una forma de utilizar la resonancia peyorativa de la palabreja, cuya equivoca connotación asusta, ofende, sorprende, irrita y hasta encabrona a muchos y muchas.
Entonces surgen las voces, los clamores, las pataletas maniqueas, los lloriqueos, casi casi exigiendo que se cercene para siempre del vocabulario popular y “machista” el término puta. Junto a lo anterior, emergen del propio averno las voces de siempre, la cantaleta facilona y feminoide, por parte de algunos tipos, de culpar sin ton ni son, hasta a los moderadores ¿los hay?, de que alguien se haya referido con la expresión “puta” respecto de alguna mujer del lugar. ¡Caray señores! Seriedad, congruencia con nuestra edad, acaso estamos en una escuela de parvulitos, para acusar al chamaco malcriado con el profesor. Dejen a los moderadores… ¿moderar?
Pero aquellas voces nada más denuncian, se solidarizan con la “victimizada”, satanizan al agresor, chillan, pero no aportan nada de sustento ni sustentable para respaldar su decir. No argumentan nada de nada, se limitan como el gusanito a subir por la escalera apoyando la colita en los peldaños de abajo, unicamente expresan sentires personales —solo suscriben pero nada escriben medianamente coherente para argumentar— sentires personales decía, que por muy respetables que estos sean, no representan ni de cerca la verdad absoluta, si la hubiera.
Estando, como lo estamos, en un lugar con tintes dizque literario, al menos sino les agrada la palabra puta, pudieron haber propuesto alternativas acordes, sinónimos pues, aunque coloquiales o anacrónicos de tan “nefasta” expresión: Tal vez el agresor se inhiba al saber que hetaira, buscona, cortesana, âhuiyani, ramera, jinetera, pampayruna, promiscua, geisha, zorra, güila, meretriz y desde luego prostituta, con la carga de comercio que el ultimo vocablo mencionado lleva implícita, tienen el mismo o parecido significado a su expresión puta, con la cual se denostó, sin aportar pruebas, a alguien de por acá, conducta por demás delictiva, cobarde y estulta del tipo agresor. A quien reconociéndole su derecho de expresión, no se le debe tolerar en su decir tan escatológica excreción.
Es aquí donde me pregunto, acaso la victimizada, carece de capacidad de reacción ante la agresión y de argumentos en el momento para responder al desquiciado, que ha sido necesario el concurso de defensores gratuitos, oportunistas especializados en hacer el “montón” en cuanto ven la oportunidad de hacerse “notar” y, pregunto también, quienes bonachonamente se solidarizan con aquella y con lo escrito por el oficioso adalid, por qué no argumentan su noble actitud para intervenir en un pleito de dos, donde al hacerse público, nos inmiscuimos tantos.
Pudieron al menos mencionar, que la RAE, que se las trae, y otros diccionarios consignan distintas acepciones y connotaciones a la dichosa palabra puta. Pero no ha sido así, en su puta inconsciencia e inconsistencia, lo que pudo haber sido un acopio literario de puta madre, solo quedó en un lloriqueo de plañideras y ¿el agresor? Seguramente el tipejo estará buscando otra víctima para continuar ufano con su puta costumbre de fastidiar al prójimo. Y… ¿usted qué opina?
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La idea de este mamotreto ha surgido hoy luego de la lectura de un texto colocado por alguien en el HOME. La intención primera, fue colocarlo en el reto en curso en esta página “la pregunta”, pero al llegar al punto final me percaté de que me había excedido de las quinientas palabras que limitan la participación ahí, por ello decidí colocarlo acá.
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