LA PISTOLA.
Lo asesinaron durante una reyerta en el pabellòn.
Una faca ingresò por uno de sus ojos,atravesando huesos y tejidos hasta su cerebro.
No conocì muchos mas detalles.
Quiero pensar que no sufriò.Que el arma precaria llegò veloz a los centros de la vida.Que destruyò las cèlulas del dolor antes que èste se manifestara.
Tratè de averiguar algo màs pero fuè imposible.
La pantalla color de la morgue judicial mostraba apenas su rostro, impàvido,con el color ùnico e inconfundible de la muerte.Con su pelo ralo y grisàceo, lavado y peinado hacia atràs,una sàbana descartable cubriendo su cuerpo,su pudor,la sutura brusca de la incisiòn anatòmica.
Me perturbaba esa muerte tumbera en un lugar donde se alojaban miembros de las fuerzas de seguridad con exclusividad,lo que parecìa garantizar la ausencia de violencia carcelaria.
Algùn odio supo cultivar para que creciera hasta la desmedida de la venganza.Mi padre,que de èl se trataba cumpliò con su deber de policìa.Quizà el resto de los presos,policìas tambièn,estaban ahì precisamente por la actitud contraria,en eso no se diferenciaba de un pabellòn de delincuentes comunes,de muertes ràpidas y fàciles.De facas y armas clandestinas.De la adrenalina enferma rezumando los muros.
La cosa es que sucediò.Ya lo dije.Algo se cocinò en esos ocho años de reclusiòn.Un malquerer hambriento de su correspondiente venganza.Como el deseo de un cuerpo,pero muerto.Aniquilado.
Yo alquilaba mi propio departamento.Trabajaba como contadora, obtuve el titulo con esfuerzo,estudiando mientras trabajaba en empresas.Ademas era locutura.No del Iser.Empezè en la facultad,en el Taller de radio y luego haciendo unos cursos menores.Tenìa un programa de dos horas semanales,sobre literatura.Nada importante.
Ahora era dueña de la amplia casa de papà.
Dudè en tomar posesiòn de la vivienda.No es que temiera el àmbito donde viviò mi padre antes que lo encarcelaran.
Siempre sentì un respeto,algo casi reverencial por èl.
Un sentimiento que imponìa distancia.
El ya no existìa y la unica dueña del caseròn y sus trastos era yo.
Durante estos años distintos compañeros de mi padre en la policia visitaron y acondicionaron la casa.Sè que algunas personas pertenecientes a la penitenciaria tambièn lo hicieron.Ignoro con que motivos.Pero en los ùltimos tiempos todos se habìan alejado.
Al llegar a la casa y comprobar su estado tomè algunas decisiones.
Mediante una agencia de empleos conseguì un equipo de trabajo.Enviaron tres chicas y dos muchachos que se encargaron de una limpieza profunda.Paguè todos los servicios que fueron restablecidos y un vecino sabelotodo se encargò de controlar y poner a punto las instalaciones.Llamè a un compraventa de muebles y vendi todo lo que habìa,a excepciòn de un armario con papeles.
Traje de afuera un catre y una mesita plegables,una manta y una heladerita chica,estilo frigobar.
Asì me instalè.
Recièn a partir de ese momento pude empezar a revisar sus cosas.
Como si me hubiera llamado de alguna manera,lo primero que encontrè entre los papeles fuè una pistola.No era una reglamentaria.El debiò entregar la suya,junto con las credenciales cuando lo detuvieron.
Era una veintidòs.El calibre del arma del disparo que impactò sobre el chico ladròn y jamas fuè hallada.Durante el juicio la defensa sostuvo,a causa de esto,que mi padre no era el autor del disparo.
Que participò al menos otra pesona.
A pesar de ello fuè condenado por la declaracion de testigos aportados por la fiscalìa.Era ejemplificador que un policia de gatillo fàcil fuera condenado.
Fuè a la càrcel,pasaron ocho años hasta este desenlace.
Ya no importan los pormenores..
Cosa juzgada.Caso cerrado.La muerte extingue la pena.
A partir de aquì todo esto escapaba de mis manos.Quizà se me informara,via judicial.si se efectuaba el debido proceso,cualquiera que fuera el resultado.
Sabìa que las muertes en la càrcel se pudrìan en un pozo negro.No eran investigadas,todo acababa en la caràtula de una riña fantasmal.
No me interesaba.
Ahora mi fascinaciòn estaba atrapada por la pistola.
Serìa èsta el arma del crimen?Mi padre la guardò allì?En ese caso,fuè èl el asesino?O la plantò uno de los tantos policias que deambularon por allì?No allanaron la casa durante el juicio?
Nadie responderia estas preguntas.
Empezè a dormir en la casa una vez que terminò la limpieza,
Llevè ropa y los elementos mas necesarios.
Cerrè mi departamento,aunque seguì pagando el alquiler.
Iba a mi oficina para terminar el trabajo cuanto antes.
En la radio dejè a una colega muy inteligente,lic.en Letras,estàbamos tratando las narraciones de Bellatìn.
Luego volvìa al caseròn.
Tenìa la pistola a la vista,en el piso.
Como si fuera un luminoso inductor de hipnosis solia mirarla hasta dormirme profundamente.
Algunas noches en que me masturbaba un par de veces,me lo concedìa ya que carecìa de cualquier tipo de pareja estable u ocasional,gùardaba la pistola en el armario,como si una pizca de consciencia inasible subsistiera en ella y pudiera juzgarme reprochàdome ese acto.
Recordaba pocas cosas de mi padre.Trabajaba mucho y dudo que se ocupara de algo relativo a mi educaciòn.Mi madre tenìa una personalidad anodina y arrastraba su vida como si llevara un peso insoportable,En un momento dado se separaron y me dejò un tiempo con mis abuelos,que no dejaron huella destacada en mi memoria,eran buenos,amables,tan faltos de caràcter como mi madre.
Cuando ella muriò,todavìa jòven,mi padre volviò a buscarme con una nueva pareja que habìa conocido durante el tiempo que permaneciò separado de mi vieja.
De esa època tengo recuerdos mas cariñosos,mi padre volvia de trabajar y me sentaba sobre sus rodillas,me abrazaba y besaba.Su mujer era muy dulce y amable,sonreìa y reìa mucho.
Los años pasaron,yo trabajè y estudiè,vivì sola,en pensiones de estudiantes y cuartos rentados,hasta que comenzè a alquilar mis propios departamentos.Me encontraba ocasionalmente con mi
padre.Me contaba muchas historias y anècdotas de su vida en la reparticiòn.Yo lo veìa como un policia honesto,con vocaciòn.No merecìa haber terminado asì.
La segunda mujer de mi padre tambièn muriò.Hubo un episodio extraño de violencia,con una entradera en la casa donde vivìan y ella fuè asesinada.Algo duro para un policìa,al igual que ser encarcelado por cumplir con su deber y abatir a un ladròn armado,aunque fuera un menor.
Triste y punto.No me interesaba evocar el pasado.Volver sobre mis recuerdos.
Ahora me fascinaba la pistola.Durante la noche la imaginaba crecer hasta ocupar toda la habitaciòn.
Avanzaba por el interior de su caño como en un Fx de CSI,como en el tùnel de la muerte con la salvedad que al final no me esperaba la luz sino una mayor oscuridad,como en una vagina ensangrentada y negra parièndome hacia la nada.
Palpitaba.Producìa un temblor en las paredes y en mi piel,asì me dormìa.
Llegò el momento en que no la pude dejar en el piso,Como si fuera una pequeña y llorosa mascota la llevè a dormir conmigo.Que idiota,la humanizaba.Las pistolas ni duermen ni estàn en vigilia.Pero son vigilantes no?Por lo menos èsta pertenecìa a un policìa.
Estaba viva para mì.La apoyaba en mi panza y podìa sentir su calor.Luego la bajè un poco màs,hacìa mi pelvis donde irradiaba su calor hacia mis ovarios.Las pistolas son frìas,èsta que me pertenecìa ardìa.
Entresoñaba sin conocer la frontera entre lo real y lo onìrico.Algunas noches el extremo del caño jugueteaba por mi pelvis,presionaba y friccionaba mi clìtoris,bordeaba mis labios menores y mayores como si los besara,parecìa mover su orificio como si chupara.Entonces entraba en el mio propio en medio de abundantes secreciones.
Mi vida externa continuaba ràpida,contraìda.Con mi trabajo y los viajes reducidos a una obligaciòn que se apuraba con asco.
Lo vital era volver al caseròn con la pistola.
No sè cuando empezè a dormir profundamente,mas allà de las duermevelas con mi pistola.
Entonces,durante esas horas aisladas del mundo comenzè a recordar...perdòn,un pequeño lapsus,,a soñar...obvio,durante el sueño se sueña,aunque sè que hay perìodos oscuros en que la mente onìrica permanece en blanco...que gracioso!!!Que no se sueña quiero decir,aunque estos tiempos tambièn son muy importantes pero no sè de que manera.Estoy divagando...perdòn.
Lo que pasa es que alteraban mi actividad diurna.
Tuve que pedir licencia.Aleguè enfermedad sin que me pidieran certificado mèdico,por suerte.
Durante la vigilia volvìa a ver esas imàgenes nocturnas con absoluta claridad.
Eran tan explìcitos como una pelìcula XXX.Esa era su ìndole,con justeza..
De todos los recuerdos acerca de mi padre,que reconozco tenìa muchas zonas ciegas,ninguno tenìa la menor relaciòn con el sexo.Con algùn tipo de abuso.Sin embargo,en esos sueños tan vìvidos todo era diferente.
Mi padre se metìa en mi cama.Su boca besaba,lamìa,chupaba mi sexo como si fuera la pistola.Luego me penetraba y jadeando acababa con rapidez.
Una y otra vez.Una y otra noche.
Luego apareciò en escena la mujer de mi padre.Podìa ver su rostro.Gozaba intensamente.
Comenzò a tocar las nalgas de mi padre.
Le introdujo algo en su orificio.UNA PISTOLA.No,era un juguete sexual.Lo penetraba con eso y el jadeba.
Las extrañas pelìculas se repetìan..
Durante la vigilia se hacìa persistente..
Pensè entonces que tenìa que actuar.Moverme.Hacer algo.Distinto de la rutina laboral.Salir del caseròn.No permitir que la pistola me dominara.
Pero que estoy delirando,si es solo una cosa.Una pistola.
Comenzè a salir.Sola.Sin la pistola.En mi auto.
La ciudad se hace cada vez mas insegura.
Salgo sin el auto.Tomo trenes,subtes y colectivos.
Por todos lados veo delitos.
En el tren,a mi lado un tipo le toca el culo a una chica.
Un grandote con un bolso.Nadie ve nada.La chica no se mueve.Tendrà miedo.
En el colectivo le arrebatan el celular a otra mujer.Queda con los auriculares puestos.Por unos segundos continùa movièndose como si la mùsica aun sonara en sus oìdos.Entonces grita.Varios pasajeros tambièn gritan indignados.El ladròn,un jovencito,ya escapò en segundos,al abrirse la puerta.
Dos motochorros arrastran a una mujer hasta que pueden arrebatarle el bolso.Queda en la calle llorando y gritando.Sus ropas estàn desgarradas,se ven sus pechos y una de sus piernas.Larga,dorada,hermosa y con las marcas sanguiñolentas del arrastre.
Almuerzo en algunos bares,en la television todos los dìas se ven casos de mujeres asesinadas por sus parejas.Quemadas,apuñaladas,descuartizadas,estranguladas.
El crimen se adueña de la ciudad.
En la villa,dos narcos asesinan a un policìa.
Hacen falta policìas honestos y decididos ante la falta de claridad politica.
Las imàgenes siguen.Dìa y noche.Algo olvidado las alimenta.
Son mi padre,su mujer y yo de niña.Orgìas sin limite.
Creo comprender,,,algùn trauma,algo sucedido en mi infancia o quizà el rechazo hacia la mujer de mi padre,quien en la vida diaria era tan amable y sonriente.Es lo ùnico que se me ocurre,no soy psicoanalista ni acudiria a uno.La muerte cruel de mi padre,la posesiòn de la casa,toda la situaciòn concurre a este desequilibrio que tratarè de superar por mi propio esfuerzo.
AHORA LA PISTOLA ES LO IMPORTANTE.
Sè lo que tengo que hacer.
Comprè varias cajas de balas calibre veintidòs en un local dedicado a la caza.No me pidieron credencial del Renar,
La primera cabeza volò como un zapallo podrido,me asombrò la cantidad de sangre y cerebro sucio que se desparramò por el pavimento con un calibre veintidòs.Algùn gas maligno habitaba en ese cràneo maloliente.La maldita gorrita de pibe chorro quedò en medio del enchastre rojo grisàceò.Lo reconocì de inmediato acechando a una viejita que salìa del banco,su plan era asaltarla,lo sabìa.
Escapè ràpido antes que llegara La Ley para evitar complicaciones.
Mi moto respondìa a pesar de haberla tenido arrumbada en la cochera de mi casa durante un año.Era mucho mas pràctica y segura para mì que el pequeño Volkswagen Gol usado para moverme.
Un tipo morocho y morrudo,con paso vacilante,va detràs de una chica,està cantado que la va a asaltar.Los sigo despacio con la moto.
Por una vez me equivoco,pasa a su lado y le toca el culo,marchàndose tranquilamente.
LA PISTOLA habla.Antes de volarle la cabeza le meto tres tiros en el culo,tres en el abdomen.Se retuerce y sangra como un cerdo,como lo que es.Grita de dolor,le meto la ùltima entre ceja y ceja.
Ya se habla del vengador de la moto.Debo cuidarme.
Por una vez salgo con el auto.Tomo la precauciòn de embarrar las placas.
Atropello a los dos motochorros antes que se metan en la villa,pero algo sale mal,explota el tanque de combustible de ellos incendiando mi auto.En segundos todo es una hoguera,escapo indemne antes que estalle el tanque del auto.Me voy caminando tranquila,no hay curiosos,alcanzo a ver a los dos motochorros atrapados en el fuego,retorcièndose y quemàndose vivos.
Estoy caliente,encabronada.Espero que todo se queme bien,asì no quedan huellas mìas en el auto.
Desde un puente solitario de la autopista disparo cinco tiros.
Que caiga quien caiga,si cae era culpable.
La pistola funciona a las mil maravillas.
Me la meto todas las noches hasta el tambor.Asi acabo.
Hoy pruebo via anal.Tambièn acabo.
Estaba la policia en mi casa,alcanzo a verlos y escapar.
Me alojo en un motel antes de Lobos.Para descansar y reflexionar.
No deberìa perseguirme la policìa.Solo hago justicia.
Como hacìa mi padre.
Recordè todo sobre èl.
Me cogìa bien cogida.Lo hacìan entre los dos.Ella manejaba los aparatos y el cinturòn.
Quizà la pistola miraba.
Lo acepto si èl lo hacìa para disciplinarme.Para que me portara bièn.
Era una forma de hacer justicia.
Sè que hizo justicia con ese pibe que matò,llendo a la càrcel por ese hecho,la pistola me lo contò,me hizo ver el momento,ella fuè el arma ejecutora.
Me meto la pistola por adelante y disparo.Me asombra la cantidad de sangre que sale.
Debo hacer todo ràpido antes que lleguen.
Lo hago ahora por atràs.Disparo.Duele,duele mucho,me retuerzo.
Me pongo la pistola ensangrentada en la boca.
DISPARO.
ACABO.
LA PISTOLA.
Raùl Cardillo para LOS VERDUGOS.
Buenos Aires,25/1/2017.
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