NDEE - Cap VI.
Samuel tuvo un cuadro inesperado de lo que yo consideraría como un shock prematuro de la información que nos proporcionó el médico que recibió a NSM después de su desmayo. Mientras nos explicaba de dónde él creía que habían salido todas esas marcas que se encontraban en el cuerpo del paciente logré detectar el leve desvanecimiento que mostraba la cara de mi compañero. Un grito desde fuera nos dejó completamente helados al momento en que yo tomaba a mi colega antes de que se desmayara. El médico salió corriendo y al abrir la puerta un viento enorme revoloteó los papeles de la oficina como si hubiese pasado un ventarrón. Un leve cambio de presión en el hospital me dejó con un chillido casi imperceptible en el oído y al salir de la oficina del médico coincidimos con algo inexplicable.
He trabajado ya casi 20 años de mi vida en esta área y debo reconocer que jamás me había enfrentado a un problema de esta categoría. Tengo espanto y me siento demasiado alterado al no poder explicar científicamente lo vivido y presenciado hace unas horas antes de retirarnos del hospital. Trataré de ser lo más gráfico, descriptivo y objetivo posible dadas las cirscuntancias de haber sido testigo del evento que nos proporcionó NSM en su estado de, digámoslo como referente no como prueba, "posesión de su alter-ego violento". Al igual que Samuel, hago incapié en que lo aquí descrito, tiene total prueba y a diferencia de las otras veces donde hemos tenido la posibilidad de presencias este tipo de alteraciones en nuestro paciente, esta vez hay más de 2 testigos presentes que podrían confirmar lo que acá pasaré a describir, sin antes dar la advertencia también de que algunas cosas que escribiré juegan con la distorción de la realidad, la forma humana, la resistencia de ciertos órganos del cuerpo y que por seguridad, les doy el aviso de esta forma para no atacar su sanidad mental y sensibilidad al miedo.
Cuando confirmé que Samuel estaba firme, me acerqué a la puerta como lo comenté hace un momento atrás. Desde el umbral de la puerta pude ver el cuerpo de NSM en la sala donde estaba siendo atendido totalmente desfigurado sobre la camilla en la que había sido internado. Ésta vibraba con los espasmos que hacía su cuerpo sobre ella y las ruedas se movían en su eje a pesar de estar con freno. La cabeza del paciente estaba apoyada en la parte occipital del cráneo, arqueado de estómago hacia el cielo y con la punta de los talones de los pies. Parecía como que una fuerza lo estuviese tirando desde el ombligo hacia arriba y él en su intento por zafar trataba de mantenerse pegado a las sábanas y apretando todos sus músculos. Sus brazos estaban a cada lado en forma de L haciendo de soporte al cuerpo en la posición que estaba, a ratos temblaban como si estuviera peleando con algo. Sus dedos apretados y amoratados por la presión que hacía sobre ellos. Se le veía tan tenso que sus venas volvieron a marcarse más de lo normal. Recordé lo que me comentó Samuel durante el viaje y asumo que es bastante similar a lo que él pudo presenciar. Sus ojos totalmente desorientados y el sus vellos de brazos y piernas erizados en dirección al techo. No se tambaleaba, pero se notaban los tirones de esta fuerza inexplicable e invisible que lo levantaba y arqueaba cada vez más.
Tuve miedo de que le produjera un severo evento en la parte lumbar y los paramédicos hicieron lo posible por mantenerlo pegado a la cama después del tercer intento de levantarse. Su respiración parecía a la de un caballo de carreras después de una corrida pasada por tierra derecha, una de las máquinas mostraba el pulso y mientras me acercaba para poder ayudar al personal, noté que estaba en la estratosfera, 197-200 por minuto. Su cuerpo comenzó a calentarse y a tornarse rojo, como si estuviese hirviendo o le hubiesen dado vuelta un balde de agua caliente encima. Samuel entró a la sala y se quedó paralizado nuevamente al ver la condición del paciente. Traté de calmarme y reaccionar como médico que soy y mandé una orden de proporcionar digoxina para normalizar el pulso del afectado. Un monitor con electrodos me dio la capacidad de poder tomar datos de su actividad cerebral por unos minutos y consideramos que si la dosis de digoxina no hacia efecto tendríamos que considerar al paciente bajo un ataque de epilepsia dados los movimientos corporales y la evidencia de los datos.
Miré mi reloj y no tuve tiempo de reaccionar cuando NSM de un golpe envió a uno de los enfermeros al suelo con un ojo ensangrentado. El paciente se giró completamente y saltó de la cama como si lo hubiesen pateado con un grito de dolor cansado. Su cuerpo estaba colapsando y lo noté cuando sus ojos ya no se movían. Si no hacíamos algo rápido, NSM moriría al frente nuestro sin poder haber resuelto ni la mitad del estudio que llevábamos con Samuel. Fue ahí cuando volví a procesar lo que había visto, mi reloj estaba atrasado, el de la sala también, miré los resultados que salían del monitor y noté que la hora había cambiado también en la máquina. Miré a Samuel y me tomé la muñeca en señal de preguntarle la hora. Su reloj estaba igual. Un escalofrío me tomó por sorpresa y cuando pudieron colocar al paciente de nuevo sobre la camilla, su cuerpo estaba tan tenso que parecía haber ganado el doble de su peso normal. Estábamos a merced de su mente y parecía que íbamos a perder la batalla cuando de pronto giró su cabeza hacia mí y comenzó a hablar.
Con la voz quebrada, lleno de sudor en su cara y los ojos fijos comenzó a explicarnos que lo entendía todo ahora, que "ellos" le habían dado el permiso de poder hablar ahora que sabía la verdad. En shock nos quedamos atentos a la revelación que NSM nos estaba dando mientras su cuerpo volvía a la normalidad como si nada hubiese pasado. Su pulso bajó a un estado normal, su color volvió a ser más claro y sus músculos se comenzaron a relajar mientras daba algunos espasmos como los típicos calambres de cansancio. Me acerqué para tener contacto directo con él en caso de un desvanecimiento como los que ya habían ocurrido y me tomó la mano con fuerza, se acomodó un poco acostado hacia su lado izquierdo y nos miró a todos en la sala antes de continuar: "Me voy a morir pronto, Fernando. Me llevaron por el túnel de luz que ya he visto antes, ese con árboles y una campana, de la salida viene el viento, ahora lo he sentido todo, y al cruzar esa salida me han tocado todo el cuerpo con sus manos, queman pero son húmedas, me siento sucio, siento que algo me han traspasado y he visto lo que son, no son dioses, no, nada de eso, son unos monstruos, son grotescos y terribles, no puedes dejar de escucharlos, se meten en tu cabeza como una vacuna en tu piel, duele mucho, es una tortura estar ahí con ellos, me da nervio solamente recordar cómo los veía, sus caras y sus cuerpos alargados, me aterra dormirme de nuevo. Ahora me tienen bajo su control, pueden entrar y salir cuando quieran, rompieron la barrera de mi dolor y se incrustaron dentro mío, me violaron, me golpearon y si vuelven de seguro me van a matar. Dijeron que me usarán hasta que mi cuerpo dure o fallezca, ya que han encontrado que mi mente tiene una conexión especial que se da poco entre nosotros los humanos y quieren probarme hasta quedar exhausto. Quiero morirme, Fernando, no quiero volver a verlos, son horrendos, por favor, ayúdenme a morir y descansar en paz, no quiero más, por favor.".
Cuando NSM terminó de suplicarme, se desmayó como las veces anteriores. Cerramos el pabellón por dentro y los paramédicos están ahora acá mismo, junto a mí, a Samuel y a Oscar, el otro médico que ha sido testigo de este evento. Hemos llamado para pedir algo de comer y tomar, nos hemos vuelto un equipo de trabajo. Tomaré algunas declaraciones y estaremos atentos a cualquier cambio de estado del paciente.
Samuel no ha dicho ni una sola palabra después de lo descrito por NSM. Debe seguir en shock. Por otra parte, todo indica que el paciente está en un estado demasiado elevado de esquizofrenia y su mente ha traspasado toda barrera física y química de su cuerpo y ha generado todas las pruebas y evidencias que necesitamos para seguir con el estudio. Cabe recalcar que habíamos dicho como un supuesto que el paciente tenía un cuadro severo de psicosis con identidad múltiple que queda totalmente expuesto en esta entrada. El tratamiento a seguir será llevarlo lo más pronto posible al psiquiátrico de Putaendo donde pretendemos observarlo con mejor detenimiento y bajo una leve dosis de resperidona y velafaxina para amortiguar su ansiedad y miedo crónico a dormir y sus tendencias suicidas traumáticas.
En relación a los relojes, todavía no encontramos la explicación lógica del problema de que se hayan atrasado en el contexto que nos desenvolvemos. Una vez que los corregimos siguieron funcionando de forma normal y sin problemas. Por ahora no es una prioridad resolver esta anécdota coincidente. Mañana saldremos a primera hora, así que ahora intentaré descansar.
Probablemente Samuel vaya a agregar algo más profesional e interpretativo desde su punto de vista en base a los sucesos ocurridos esta tarde respecto al paciente. No lo quiero obligar a escribir ahora. |