Lo que somos y lo que hacemos
Tendimos cables en el aire
sin ver que era el camino de la paloma.
Vertimos inmundicia en los ríos
sin pensar que eran las arterias de la tierra.
Talamos bosques milenarios,
destruyendo la morada de las aves,
para fabricar ataúdes y fósforos de fuego y muerte.
Arrojamos al mar nuestra propia suciedad
sin considerar, en un ápice, el origen de la vida.
Tapamos con asfalto, cemento y arrogancia
el polvo cósmico del cual nacimos.
Interrumpimos el cauce de los ríos
construyendo represas y taludes pro energía.
Exterminamos especies privilegiadas
por tener una piel distinta a la hermosa piel humana.
Hurgamos en profundidades del mundo
y trepanamos la corteza de la tierra
para extraer fósiles y caducos combustibles,
como así también finitos minerales,
que elaborados pueden extinguir la especie humana,
transformados en monedas, codicia y ojivas destructoras.
Nos creemos paladines de justicia y equidad,
cuando en realidad sólo somos destructores sin piedad.
Gastamos fortunas en defensa de la naturaleza
pero no cuidamos con poco dinero nuestro huerto.
Somos agentes desinteresados y defensores
que ganamos millones y engañamos al idealista.
Somos maestros y líderes de opinión,
mientras no se dañen nuestros propios intereses.
Somos difusores de manifiestos bien intencionados,
pero no somos predicadores que avancemos con ejemplos.
Hemos creado decálogos de supervivencia,
pero hemos intervenido el libre albedrío de las especies.
Hemos transmutado las leyes naturales,
en benefició de mezquinos bienestares temporales.
Hemos alterado la ruta de los vientos,
el calendario natural de la caída de las lluvias,
y el derrotero de las corrientes marinas.
Hemos envenenado el agua y el aire destruyendo branquias y pulmones,
también disfrazado la caricia brillante y radiante del sol.
Somos el acelerador de la muerte de la vida
y somos los asesinos de nuestra propia especie.
Hasta hemos desafiado invadiendo a la cadena genética
buscando el eslabón del ansiado superhombre,
sin pensar que con ello solo alcanzaremos
a soslayar superficialmente el origen del big bang.
Incluido en libro: La saga de los vientos
©Derechos Reservados.
|