Un jardín. En el jardín, un cenador. En el cenador, cuajado de flores, un pintor abstraído plasma sobre el lienzo el retrato de una mujer de mirada lánguida que mira de soslayo al artista, por la distancia que impone el caballete.
Fuera del cuadro posa una mujer vestida de tul. En voz queda recita unos versos:
"No me llames, poeta, desde el silencio
ni me des besos de papel,
que me encierras.
Que me encierras y me encierro,
acunada por la música callada
y por el dolor que me producen
tu soledad y la mía.
Y me da miedo no despertar
y que no despiertes.
Llámame , hombre, desde el ruido
a la vida.

Arriba el cielo resplandece en azul. (septiembre 2007)