Luminarias

La obscuridad nos atrapa, la miseria
nos persigue. La desesperanza y las
lágrimas bañan nuestros ríos, el odio
siembra los campos y las constantes
batallas esparcen dolor en las montañas.
El cielo está melancólico y las nubes
tristes.

Las cosas no deberían ser así. ¿A dónde
fue a parar el amor que antes nos teníamos?
La solidaridad de antaño ¿Ha muerto?
La genuina alegría ante el éxito del prójimo
¿Ha de olvidarse? La empatía ¿Enterrarse?
Me rebelo ante este panorama tan negro.
Aún hay misericordia, fe, cariño, admiración,
confianza y amistad entre los seres humanos.

Cuando sientas pesar, temor o congoja por
los tiempos por venir. Alza la cabeza, levanta
la mano y haz brillar la luz de tu alma. Que se
esparza por el mundo, que ilumine a los corazones
fatigados y a las almas ennegrecidas.

Que tu luz sea el preludio de otras muchas
luminarias que hagan de este mundo un
lugar bello, digno de alabanzas y de vida.
Digno de alabanzas y de vida.