Aún vaciando al pasado
el viento rasga la noche,
los recuerdos avanzan
cual si fueran largas gotas
y la quietud desaparece
como si nunca hubiera estado.
La calma firma con su sombra
las horas que están huyendo.
Aún así, la memoria no termina.
Siempre existen deudas
que no pueden ser canceladas.
Texto agregado el 20-01-2017, y leído por 123
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