sucedió una noche cualquiera
sucedió sin esperarlo, ni buscarlo
la voz de sus ojos de primavera
se unieron al fuego de amarlo.
de este modo tan perfecto cautivo
su corazón grito de dicha y placer,
Mientras otros ojos enamoraron
En la tinta negra de su iris amativo.
Y pasan los años descalzos de sueños
Las mariposas sedientas de faroles
Los hombres siempre ardientes de deseos
Las sombras marcando un lucero.
Y suceden cosas detestables y amorosas
Y los días son cortos e inolvidables,
Mientras la abeja deja su polen en las flores
Las hormigas difunden su nostalgia de mar.
La tierra es una estrella caída del infinito
Que sumergida en un globo terráqueo
Se incrusto ardiente a pedazos y ciega
La luz de sus puntas se llama luna y sol…
ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO
Texto agregado el 19-01-2017, y leído por 177
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