Recorro el cielo entre los pasos cocidos de estrellas,
rememoro tiempos, mato arabescos necios...
Arrincono monstruos y navegantes inquietos,
mientras escucho voces del viento ausente y aletargado.
Navego mares colmados de tierra inerte bajo sus olas,
copio su danza, y me lanzo a sus profundidades,
buscando ese corcel alado que me fastidia, con sus ronquidos.
He visto muchos seres arropados comiendo migajas...
Solos, tristes y aromáticos, necesitados de almas buenas.
Nada parece ser como lo escribo, pero hay que ver, y creer.
Todo existe, y todo fenece, algún día comprenderemos
¡qué de verdad hay en tanta oscuridad!
cuánto de lo escondido puede mostrarse, y cuanto habrá
de misterio, es eso, no hay que buscar solo esperar,
para descubrir que de fieras... y que de grandes seres buenos nos asisten...
Alessandrini María del Rosario |