Me observas a través de la mirilla cerrada.
En el gris silencio que te envuelve
puedo escuchar tu sueño de espadas.
Esa sed de águilas desorientadas en la cima,
tu voluntad una y otra vez en bancarrota..
Corren presurosos tus corceles
con legados imposibles de descifrar.
Desfilan en vano destinatarios,
anónimos intentos de saberte.
No hay un rostro igual al de tu leyenda.
Inasible amor,
no hay mejor resguardo que las letras..
Gotas de ambigüedad recorren la frente,
lo que piensas, lo que puedes.
La mano que no escribe se siente enferma,
le temes a las plagas y al desierto..
En el gris silencio que te envuelve
puedo escuchar tu sueño de espadas..
Texto agregado el 17-01-2017, y leído por 198
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