17 de Septiembre de 2015
Picho, el loco

Una tarde estaba tomando un café con mi amigo Picho en el bar de Maza y Rivadavia. En medio de las descomunales charlas filosóficas y no me acuerdo por qué siglo de la Historia Antigua andábamos cuando Picho me dio un mazazo en la cabeza con la frase:
“El que de joven no es comunista es porque no tiene corazón y el que de grande no es capitalista es porque no tiene cerebro”
“Y para pensar así, no tenés que tener estómago” le espeté sin pensar siquiera.
Confieso que me asombré. ¿Cómo era que había salido semejante respuesta desde una mente mono neuronal? Sin dudas justo en ese preciso momento, la neurona pasaba por la frente, en su lento orbitar y en un destello, David volteó a Goliat, a este Licenciado en Física de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA.
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Picho, el loco, deambulaba lento con una soguita en la mano derecha, que arrastraba un cepillo en el otro extremo.
El Director del Manicomio recorría el Hospital, como todos los meses, con el grupo de médicos, para ver el estado de cada paciente y decidir quién salía (en libertad) y quién seguía encerrado.
De pronto lo ve, y le pregunta:
- Picho! ¿Qué tal? ¿Cómo anda?
- Bien Sr. Director, y ¿Cómo anda Ud. hoy?
- Bien, gracias por preguntar. ¿y? ¿Cómo anda su perrito?
- Pero, por favor, Sr. Director, ¿No ve que es un cepillo atado con una soga? Es que estoy tan aburrido acá adentro que no sé cómo hacer para matar el tiempo y me entretengo con lo que puedo.
Impactado el Director, resuelve allí mismo, en el medio del pasillo, con el resto de los médicos, darlo de alta ese mismo día.
Picho, toma sus únicas pertenencias, la soguita y el cepillo, enrolla la soga, levanta el ante brazo derecho y deposita suavemente en él, al cepillo.
Sale a la calle, llega a la esquina, mira hacia atrás, dobla y dice:
- Picho, los engañamos!
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En ésta noche de insomnio entiendo la conexión: el perrito representa nuestros ideales, las palabras de mi amigo (el Picho de la vida real) simbolizan los ataques del sistema.
La moraleja es clara: resistir el castigo, trascender a la cárcel pero nunca, jamás, traicionar nuestros ideales.
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# Los hechos relatados son reales, los personajes no son de ficción y los nombres reales de los mismos, no han sido cambiados. Lo del manicomio, es uno de mis chistes preferidos. Hasta hoy, no sabía porqué.