Hace tempo que no creo en mi poesía,
Desconfío que mi yo lírico me engaña,
me induce a pensar cosas,
cosas que debo tomar como validas
y que rigen mi modo de ser.
Hay, así, alguien que tutela, en la sombra, mi carácter
y me modela a su imagen y semejanza.
Su pensamiento, disfrazado de mi voz,
disemina una imagen conflictiva
que se rebela contra mi propio yo.
Y si he de volver a creer en mi poesía,
debo tener garantías.
Y que mejor garantía que disputar mi ego
Con mi propio yo.