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Sentado en una esquina
de un banco en una plaza
estoy comenzando a mutar.
No es seguro este lugar
donde el frío me abraza
y el siroco me esquiva.
El cambio es silencioso
y nunca en compañía.
El cambio es silencioso
y está en nuestra retina.
Las ventanas ya no sirven
pues se vuelven opacas
y grito el pater nostrum
con vacías palabras.
El eclipse se situa
sobre nuestras cabezas
y la snubes
amenazan tormenta.
El cambio es silencioso
y nunca en compañía.
El cambio es silencioso
y está en nuestra retina.
El mundo no cede el paso
y lloro como un niño
abandonado.
Me escondo entre dos abismos.
Soy un olvidado.
Soy un olvidado.
Enciérrome y mutílome
viendo como el hambre come
la comida que Dios no diome.
Me ahogo entre suspiros de lágrimas ácidas
y corazones de sangre extinta
por torrentes secos aullando.
El cambio es silencioso
y nunca en compañía.
El cambio es silencioso
y está en nuestra retina.
Aprecio el consuelo que creo
yo mismo en mi cabeza
fingiendo el resultado etereo
de las acciones pretéritas.
Sentado en un banco
la mutación se consuma
sólo como un loco en su mundo
sin tan siquiera extrañar a los demás.
Las palabras son frágiles
y las promesas fáciles de romper
los recuerdos son pasados
y a la mierda con el ayer.
Cuando pienso acerca
de un efecto contrario
me espeso, corro
hacia algún lugar secreto
y allí lloro como un niño
y me escondo.
La mutación no cesa
ni se apiada de los olvidados.
Los locos son delfines
que nadan solitarios.
Los delfines se encierran
y no van a echarse atrás.
Los delfines nos dominarán
Asique yo me alío y me junto
y extraño este asunto y me vuelvo conmigo
consigo aprender el camino y me olvido
de como regresar.
El cambio es silencioso
y nunca en compañía.
El cambio es silencioso
y está en nuestra retina.
La mente me juega malas pasadas
pero ya lo andaba buscando.
Irme bien lejos y olvidar y empezar
todo nueva mente de cero.
El cambio es silencioso
y nunca en compañía.
El cambio es silencioso
y está en nuestra retina.
Las pupilas se agrandan
y no podemos ver
me distingo entre algo borroso.
Las pestañas se agrandan
parecen un manto
que se regocija en mi dolor.
Luego te ríes y me dices
que es lo que pasó
no creí que fueras tan falso.
Me esquivaste y te burlaste
ahora voy a ser yo
quien no pague por ti el rescate.
No volveré a ser ya jamás
como algún dia fui
(o almenos eso reo)
Vencerán las llamas al calor
luchando en un mismo cuerpo.
Mientras prosigue la mutación.
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Texto agregado el 16-09-2004, y leído por 135
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