Se extravía
el soplo de mis palabras,
aún de las indecibles,
y de las que guardo
a labios cerrados.
No lo detiene nada,
ni siquiera la paciencia de las piedras.
Insólito, el soplo se pierde
en algún escurrimiento de la memoria.
Indecente se entromete
en las puertas de mi propia boca,
allí se anida hasta volver a partir.
Golpea mi lengua
para averiguar que olvidó ayer,
sólo para aprisionar
el reflejo rojo de mi corazón.
Texto agregado el 31-12-2016, y leído por 158
visitantes. (8 votos)
seguramente hay un soplo de palabras inpronunciables que nacen el rojo del corazón .Pueden ser apasionadas o crueles ,esperan que algo las empuje a gritar lo que expresan
ESTE COMENTARIO SERÁ COMENTADO EN EL FORO TALLERES EL SENTIDO DE LA VIDA Yvette27
31-12-2016
Comparto el comentario de nuestra Diosa por ser tan brillante como tu poema. Un abrazo fuerte, Seroma querido. SOFIAMA
31-12-2016
Una palabra palpita y cruje cuando quiere ser gritada. Saludos Sergio y que sepas que es un placer leerte con detenimiento. ¡Abrazos! marcellasant