Prologo
feliz navidad maldito posmo..
Siempre la toma de conciencia por la cortante sacudida del primer jalón del viaje, la náusea y la fatiga que otorga la sensación de responsabilidad por cada una de las mínimas acciones y consecuencias de la vida, hace amar la sublimidad1 del mundo de las apariencias.. como si le otorgase importancia a nuestra insignificancia, como si nos hiciéramos a la traslucidez de la existencia y dejaremos de lado la corriente que emana del manantial de la vida y su transcurrir.. para prestarle validez a la cuestión en sí, de existir como criatura “responsable” de voluntad, sea libre, o por la promesa vacía de alcanzarle.. como un saber erógeno, débil a la prescripción del peligro inminente por la caducidad de la existencia propia, al término de lo que se entiende como vida, como sucesión de emociones, rasgos, saberes, poderes y voluntades corruptas por la inherencia del caos en el timeline de esa existencia muchas veces vacía, sacia, carente de sentido, .. y muchas veces hostil con lo que comúnmente reconocemos como felicidad, traducida en deberes e imposiciones sostenibles de estabilidad y seguridad prometidas por un estancado pero superfluamente bien ponderado régimen de desviación de atención de los individuos lejanamente felices, y con esto, no digo, ni considero que la felicidad este lejos de ser eso a lo que se está hoy sometido como sapiente de lo que se debe saber, y no, de lo que conlleva un conocimiento que de antemano implicaría un tormento para lo que hoy se conoce como ideal del ser en la sociedad, de este modo, véase púes a la felicidad en si, como un mal dotado de toda virtud, que empobrece lo que debió ser su significado intrínseco, como una entrega total a un parecer fatídico que idealizo lo que debió ser el sentimiento de haber superado toda resistencia, de haber conseguido, así, alcanzar un fin por encima de lo catastrófico que resulta de eso que hemos contemplado como meta en nuestra modernidad..
1. Según la filosofía, sublime es aquello que daña o destruye al observador, causando un fuerte dolor, por ser imposible de asimilar el objeto que se percibe. El término sublime es una belleza extrema, que va más allá de la racionalidad del espectador. En este sentido, para el filósofo Immanuel Kant, lo sublime es aquello que es absolutamente grande, causando incomodidad al espectador por superar las capacidades del mismo.
El mal llamado posmo es ahora el desahogo de los que emergen una sospecha en un mar de dudas, pero inquietos por el sabor de una buena barbacoa despabilan en deseos de hacerse ciegos ante la vulnerabilidad de la tetra que juegan las sociedades modernas con la tímida y codiciada individualidad del ser, para apabullarle de blasfemias congruentes con sus deidades amadas, y sensaciones de placer que supeditadas por las costumbres y jerarquías ideológicas que han logrado establecer el ideal de felicidad no en el querer ser, más que en el tener, más allá de la libertad, la libertad de hacer, de querer, se colocó aquel ideal, el ideal de tener, de poseer, que emigro de una vacía banca expectante, habida de deseos similares, a un millar de fieles adeptos, perfectamente perfilados a la noción moderna y globalizada que hoy conocemos como felicidad, libertad, y bienaventuranza..
Nota de autor: navidad y estas épocas de festividades.. que pedo.. visto de este modo mi navidad posmo es una farmacia llena de preservantes y acidulantes, que exacerban mis sentidos ante la acida y pérfida realidad de un panorama desolador y filoso.. |