Temprano en la mañana caminábamos en las arenas blancas de la playa Nueva Romana, mi esposa estaba muy contenta al igual que yo porque estábamos de aniversario de boda y teníamos varios días en el hotel Luxury Bahía Príncipe disfrutando a lo grande.
En nuestra caminata nos alejamos del complejo hotelero y nos acercamos al pueblo de La Romana, la arena seguía igual de blanca. Al regreso mi esposa se detuvo para ver una pequeña plantita, era uva de playa, muy hermosas con sus hojas sobresalientes rojo vino, la extirpó y me preguntó que si sobreviviría en un frasco muy pequeño que ella tenía, le expliqué: lo más probable es que se ahogue al poco tiempo con sus propias raíces porque ese árbol crece muy grande, ella al escuchar eso la sembró en la arena pero a una distancia como de veinte pasos cerca de un hermoso cocotero.
En el lugar había una colonia de pequeñas plantas de uva de playa, y cocoteros en abundancias, pero resulta que un día antes la pequeña uva de playa que mi esposa arrancó había tenido una conversación con otra plantita sembrada a su lado pero un poco mayor.
La pequeña le confesaba que se había enamorado de un cocotero que se encontraba como a veinte pasos de humanos de distancia, la mayor le aseguró que era un amor imposible y le recomendó que se olvidara de eso, pero ella no se resignaba a tal realidad, y juró luchar hasta la muerte por su gran amor.