El hastío derrama lágrimas sucias.
Es una pared que separa del mundo,
un viento que dispersa todo esfuerzo.
Un rugido vacío de inmensidad,
una ventana que se abre a la tristeza.
En él resulta imposible germinar
algún atisbo de esperanza.
Texto agregado el 19-12-2016, y leído por 124
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