Quisiera verte detrás del arco iris,
cuando este violín termine de desgarrar
de sus cuerdas toda la tristeza y la pena
que caen junto a las menudas gotas de esta tímida lluvia
que despide al ensangrentado sol que se esconde
por aquel lugar donde algunas veces
anhelamos escaparnos hacia el misterio.

Quisiera verte detrás de aquella montaña
de donde sale la luna para decirte lo que siento,
aunque sea entre las brumas de algún pensamiento.
Mientras esa platinada claridad nos bañe, nos limpie,
y nos purifique de todos los yerros y las caídas
que acarreamos en esta arrebatada alforja que llamamos vida.

Quisiera verte en la orilla de aquel rio
que se lleva las aguas de lo que fuimos,
junto a los residuos del tiempo en que anduvimos metidos
con todas nuestras moléculas dentro de esta cósmica aventura.

Quisiera verte en la playa de aquel inmenso océano
donde ya no habrá más nada de lo que estábamos hechos,
ni será bueno lo que necesitamos,
ni un milagro lo que anhelamos.

Solo tú y yo volviéndonos a encontrar,
para buscar ansiosamente las monedas
que nos permitan pagarle a la eterna muerte
el pasaje para mudarnos a las otras dimensiones.