El impulso tuyo, candil irresoluto
que destella e irrumpe en la carne ofrendada.
cicatriz y tatuaje, flama en la sangre,
yo te quiero así, te amo así,
furia incontenible para devastar rocíos,
luego, la paz, la paz flamígera
que se diluye en tus pupilas
como una nova de ajenos fulgores.
Pólvora en tus labios, miel y sombras,
evocas el escenario de parajes inciertos,
incandescencia y deseo hay en tu aliento,
te quiero así, te amo así,
desdiciéndote en la lumbre mansa
de cada adjetivo acariciado
para abandonarte al sueño que no es reposo,
que siempre es fuego púrpura.
Cada noche y cada día
me hice yo para que fueras tú,
manso acariciador de tus ígneas provocaciones
planetoide oscuro que busca tu lumbre
espectador de tus sombras y de tus luces,
procurando estigmas que deshago a besos,
plenilunio en llamas, fogatas azules,
soy para ti, como eres para mí.
te quiero así, te amo así.
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