Ansiado aroma del silencio,
déjame respirar tus impuros pensamientos,
saborear las saladas lágrimas de tus lamentos,
y castigarte con dureza si así lo sentencio.
Calurosa sombra del exilio,
déjame abrazarte toda a pesar de tus miedos,
sentir el fuerte palpitar de tus mayores enredos,
y amarte a escondidas sin esperar reconcilio.
Texto agregado el 14-12-2016, y leído por 181
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