Sentado, solamente mirando,
He podido ver como se me sobrevenía
El horizonte,
Con muy gratas palabras, con mesura,
Se me ha acercado el horizonte,
Tanto, tan cerca ha estado, que he temido.
Pero al estar junto a mis oídos,
Me ha susurrado con la dulzura de un hada,
Me ha hecho saber,
Que gran parte de su misteriosa belleza,
Está en mis ojos, está en mi mirada.
Sentado, solamente mirando,
He podido darme cuenta, de que
Yo soy quien obedece a mis propios
Anhelos, y mastico mi propio presente,
Paladeándolo.
José De Benito
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