El agua cae blandamente sobre el suelo,
el cielo está gris, oscuro, anochecido.
La memoria anda en la senda del recuerdo,
retejiendo momentos de los tiempos idos.

La ventana me muestra, un paisaje de sombras,
los ojos no me sirven, para ver el silencio.
Las manos están quietas, y mi mente te nombra,
evocando las cosas, que todavía siento.

Mi cuerpo que conoce caricias de otras manos,
imagina las tuyas, en la noche lluviosa.
Reconociendo trozos de piel sin cansancio,
y de pronto me siento, como nueva y hermosa.

Ilusión que se crea en esta soledad, fría
se que estas ahí cerca, pero lejos también.
Otras caricias que no son las mías
llegaron a tu piel, y te dieron el placer.

Y me quedo escuchando, la lluvia que no cesa.
Y mi cuerpo te llama, pero no oyes su voz.
Y en mi boca se entibia, imagina que besa.
Y la noche te lleva, este poco de amor.