Fui testigo de un amor tierno y sincero.
Fui testigo de un amor fiel, paciente y
real. Fui testigo de cómo la llama de ese
amor fue consumida por las diferencias
de opinión, por las ideologías y la religión.
Fui testigo de cómo las creencias fuertemente
arraigadas desde los albores de la existencia, son
el fruto de batallas absurdas.
Un día ese amor se desvaneció y fui testigo de cómo
la obscuridad llegó.
Texto agregado el 05-12-2016, y leído por 147
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