Resignación Estaba fuertemente atado a un árbol Los pigmeos me castigaron por robarles un chimpancé. En la noche apareció Faizi. Sus ojos dilatados y su color ceniciento dijeron que algo terrible sucedía. —Escapa, bwana. Las hormigas están aquí Mi mente se resistía a comprender. Los negros corrían desesperados conduciendo los antílopes, los cerdos y los babuinos a sitio más seguro. Traté desesperadamente de desatarme. !Imposible! Las hormigas formaban una hirviente masa negra que atravesaba una cerca protegida por altas hierbas. Fue inútil que algunos negros con largas varas ardiendo trataran de desviarlas. Cerré los ojos y recé por primera vez.
Texto agregado el 03-12-2016, y leído por 43 visitantes. (2 votos)