De las cornisas del alma
cuelga un dolor agudo y contundente.
Es el dolor
que siente el corazón
ante la pérdida de un amor maravilloso
que nos llenó los días de risas y ternuras.
Un sentimiento tan extenso
como una galaxia
y que por esos absurdos
que se guardan
en los pasillos del alma
terminó de pronto…
Y se perdió
como se aleja una mariposa
dejando sus colores
sobre el prado
que pintó de verde la esperanza.
Se marchó…nos perdimos…
y hoy sólo llanto
veo caer
sobre el sendero gris de nuestras vidas.
Alberto Vásquez.
Texto agregado el 03-12-2016, y leído por 166
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