Narciso contemplaba su rostro en el espejo. De pronto oyó una voz.
- Te quiero, bello Narciso.
- ¿Quién habla? ¿Qué es este embeleco?
- Eco
- ¿Quién eres? ¿Quién se esconde tras la floresta?
- Esta.
- No me vaciles. ¿Tu amor es sincero o así así?
- Sí.
- Sí ¿qué? ¿Cuánto me quieres?
- ¿Eres?
- Soy Narciso. Tu misma has dicho mi nombre. Seamos amantes. ¿Vale?
- Hale.
- ¿Eso quiere decir que aceptas? ¡Vivan las ninfas valientes! ¡Mueran las ninfas cobardes!
- Ardes.
- Pero si has sido tú quien me ha llamado. A partir de ahora, que cada uno siga su propio trecho.
- Hecho.
- No te aguanto. Tu indiferencia me ha despachao.
- Chao.
Texto agregado el 01-12-2016, y leído por 123
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
15-12-2016
Muy ingenioso este diálogo de un narciso con un eco burlón. Te dejo estrellas para que se reflejen en ese espejo. gui
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