Tyler rechazaba a Tyler Durden y Walter White aceptó a Heisenberg. Quien sepa de cine abrazará al instante los nombres y quien no sepa, puede quedarse para un pequeño relato sobre Mr Jekyll y el Mr Hyde.

Queda aclarar que este texto es una especie de instrospección que considero perentoria hacer y trataré de ser breve con ello.

Como adolescente de salvajes pensamientos e instivos actos, creía y juraba que sufría de un transtorno de personalidad: bipolaridad. Al crecer me di cuenta que era una estupidez mayúscula, que nada más estaba tratando de llamar la atención gritando y haciendo el bufón. Crecí más y me hallé con un par de obras de arte que me hicieron caer en la idea, pero esta vez con fundamento, esta vez sabía que algo sufría.

No soy el mismo con todo el mundo. Hay alguien thanático y erótico en ciertos momentos, con ciertas personas. Y está un Lobo estepario en otros momentos. Y aparece cada uno cuando no debe. Es impredecible.

Uno es una prisión y el otro es la carta de Monopolio de salga libre- además tira el tablero y fuma porros con los billetes. Uno ama y hace el amor de forma colosal, el otro es misántropo y prefiere abstenerse de placeres que no sean el alcohol (puente).

A diferencia de los dos personajes nombrados arriba- que crearon o les fue concedido el álter ego-, los hombres dentro mío usaron mi cuerpo de presidio desde que tengo uso de razón. Pero como el arte imita a la vida y viceversa, he tomado la decisión, las riendas y crines de la situación: tomaré al genio, tomaré al que sea realmente libre o, de lo contrario, moriré de cobardía y será un placer morir dejando a la vida con sus vitalistas.

Sabía que debía hacer de esto un manifiesto y que ningún conocido mío sepa de este documento. Nadie sabrá. Espero noten que algo está cambiando.

Este fue un año de transcisión. Transcisión es un cambio que ocurre y nadie nota que está ocurriendo. Solo notan el desastre o bendición al final de ella. Y eso fue este año: pura y jodidamente placentera transción.

¿Qué viene luego? Las consecuencias: llevar a la práctica el hombre que siempre imaginaste ser. Pasar por encima de todo lo que te daba palizas de miedo y terror irracional.

El miedo es el gran enemigo de la evolución. Tengan coraje.