Fue otra palabra mas, otro suspiro; nada nuevo, nada que no haya pasado antes
pero...¿Porque me sentía distinto?¿Hubo algo nuevo?
fue el destello de la muerte o la vida eterna en un segundo distractor que, sin saber
encendió lo apagado, lo que enciende de vez en cuando como un fósforo que, cuan
efímero es, su intensidad no.

Parado estaba, como cualquier día, llego de la nada esta brisa tan afable o amable
del sentir en la mente lo que la boca no puede pensar (inflamable), pero esta primera no para
de gritar. Sinestesia o sin anestesia y valga la redundancia si es que redunda en si misma
la soledad al querer estar solo, contigo.

Extraño es el sentimiento, pero no deja de existir; la duda sigue mis pies y esta
noche por larga no se queda...seguiré profundizando el pensamiento, como terapia;
como cura de lo único que ha echo posible volver a escribir, al curarme me iré.
No volveré hasta enfermar otra vez, es lo bello de esto; la enfermedad cura y
la cura mata, no enfermar es de muertos y sanarse de vivos que necesitan volver
a adolecer.