Inicio / Cuenteros Locales / perogrullo / La mili de PeroGrullo.
No hay historia que se precie que no contenga o refleje algo referente al servicio de armas. Y esta no iba a ser excepción. Mucho antes de los enjuagues amatorios e idas y venidas de Pero Grullo, nuestro protagonista también tuvo dieciocho años y al ser de buena constitución y ánimo pasó inexorablemente- pues era obligatorio para el varón- por el servicio militar o "mili", como era conocido cariñosamente por el grueso de la población.
Le enseñaron a desfilar, a subirse a una litera de un salto, la técnica en general del escaqueo, y poco más. Pero allí se fraguaron unas amistades que resistirían el paso del tiempo. Tanto es así que cuando Pero Grullo regresó al poblado- dado lo desabrido del recibimiento que obtuvo- las habría de echar en falta durante mucho tiempo. Recorrió Pero Grullo la distancia que separaba su casa de la carretera vestido de marinero sin despertar el menor indicio, no ya de reconocimiento, si no el de una mínima emoción. Qué había pasado, se preguntó Pero, durante su ausencia para que lo hubieran olvidado de aquella manera. Aquí empezó el rosario de idas y venidas de Pero en una suerte de diáspora de un hombre solo, pues toda aquella indiferencia lo habría de convertir en alguien- mal que le pesase, quizá- dotado de entidad.
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Texto agregado el 15-11-2016, y leído por 134
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